RESEÑA: LA ÚLTIMA TARDE DEL ADIÓS - BORIS MIRANDA
RECORDAR PARA NO MORIR Mijail Miranda Zapata En 1985 Víctor Paz Estenssoro se dirigía a los bolivianos con aquella frase inolvidable “Bolivia se nos muere”. Era cierto, pero era sólo una de las tantas “Bolivias” posibles -la más visible, la oficial- la que agonizaba. Tuvieron que pasar casi dos décadas para que aquel vaticinio se repitiera. En octubre de 2003 una vieja Bolivia, ya arrugada y maltrecha de tanto oprobio y desesperanza, se doblegaba ante el aluvión rebelde, no sin antes arreciar la guadaña contra aquella vida que se sublevaba. En 2012 el periodista Boris Miranda (La Paz, 1984) nos sorprendía con La mañana después de la guerra (Editorial El Cuervo) , una reveladora recopilación de crónicas que escarba aquel complejo 2008 –con su toma de instituciones, persecuciones, terroristas, contraespionaje y masacres-, uno de los años más tensos de nuestra historia inmediata. Siguiendo esta ruta retrospectiva el paceño presentó hace algunas semanas su segundo