BITÁCORA: FICCIONES, SILENCIOS, INSTANTES MUERTOS
Foto: Enrique Metinides Caminamos por el Prado. Entonces vemos un tumulto de gente, yo me finjo interesado, dispuesto a intervenir, a hacer algo, a romper el tedio. Pero no es nada. Nada para nosotros, nada para las decenas de personas que pasan como si nada sucediera. Nada. Un indigente desmayado al borde de la acera, inconsciente, delirante, unos cuantos curiosos alrededor de él y las dos personas que tratan de levantarlo y reubicarlo. Nada. Entonces le hablo de un cuento de Rodrigo Hasbún, en el que un grupo de artistas hace performances en las que uno de ellos finge un ataque, un desmayo, una muerte súbita, mientras los otros registran lo que sucede en torno al caído. Le hablo de que consiguen identificar patrones en la conducta de la gente y su respuesta a la repentina desgracia ajena, que individualizan a cada uno de los personajes que nacen en el momento mismo en el que un desconocido y su vida se desvanecen. Eso le digo y ella parece prestarme atención, o no, no lo