BITÁCORA: CRÓNICA AL 6 DE AGOSTO




Mijail Miranda Zapata

A los amigos
Ariel, Cecilia, Renato.


El día de la patria es la madrugada en la que pierdes tu dinero, tu billetera, el último celular, tus documentos de identidad, tu identidad. El día de la patria es el amanecer en el que te encuentras caminando, dormido, con los puños ensangrentados y la chamarra hecha jirones. El día de la patria es un amanecer en el que se camina descalzo, pateando garages y puertas, lanzando piedras a molles, sauces y algarrobos. El día de la patria es sentir pena por los jacarandás.

El día de la patria es despertar sentado en un columpio asumiendo a carcajadas tu patetismo. El día de la patria son las mujeres y ancianos barriendo las aceras, los últimos ebrios regresando al hogar y perros ladrando. El día de la patria es la mañana en la que el sol y el asfalto se ensañan con tus ojos, tu piel, tu sed. 

El día de la patria son los hombres trabajando en feriado, las comerciantes vendiendo cualquier cosa. El día de la patria es la indiferencia al campesino durmiendo en el parque, a los testigos de Jehová, a los cleferos bajo el puente, al muchacho que camina ebrio, descalzo, con la chamarra hecha jirones.

El día de la patria es un cainita andando entre traiciones y alevosía. El día de la patria es encontrar tu casa con el sol cayendo en guillotina, es no encontrar la llave, lamentarse, trepar la verja. El día de la patria es llenar los vacíos de la memoria con lamentos y burlas de amigos y enemigos. El día de la patria es comer un picante mixto, sin llajua. 

El día de la patria es creer que tus excesos con el alcohol son performances artísticas, reírte de lo que dices, lo que haces, lo que eres, en lo que te has convertido. El día de la patria es curar la resaca, sentirse solo y añorar un abrazo. El día de la patria es un anochecer hundido en el sofá, una espalda llena de hematomas y el silencio. El día de la patria es la culpa, el ridículo, mentirse jurando que no volverá a pasar. El día de la patria es oír a los gatos peleando con la noche.

El día de la patria es la necesidad de escucharla, llamar y colgar. El día de la patria es saberse distante, extrañarla, soltar alguna lágrima por su ausencia y saber que con ella el día de la patria jamás habría sido el día de la patria.

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