APUNTES EXTRAVIADOS: QUIRQUIGANS
San José celebra hoy 74 años de su fundación, en uno de sus momentos más críticos, deportiva e institucionalmente. Nada que nos sorprenda, sucede lo mismo cada decenio, al menos desde los 90. Dirigencia maldita.
Hinchada complicada, también. Amamos nuestros colores, pero qué difíciles somos. Pensando en nosotros, en las tribunas y sus domingos grabados en la memoria, esta breve diatriba amorosa.
Como sea, ¡Viva San José, carajo!
Es una vieja beata que asiste a iglesia todos los domingos, que comulga con fervor, y al concluir la liturgia, apenas con un pie fuera, maldice hasta las más pequeñas imperfecciones de la creación divina.
El reflejo de una ciudad que celebra peregrinaciones religiosas entre orgías y borrachera. De un país que soñó un presidente indio y al tenerlo quiso más y luego ya no quiso nada ni nadie. Cuando es todo, no damos nada. Cuando es nada, ponemos todo.
La hinchada santa es ladina, insaciable, caprichosa, masoquista, y, al final de cuentas, a pesar de todo, fiel como pocas.
Es la mujer de la que nunca deberías enamorarte, es aquella por la que a acabas doblando las rodillas y cortando la manga, con los huesos y el corazón magullados, con heridas sangrando licores y esperanzas.
Es la mujer sutilmente bonita y pretenciosa, a la que sigues y saludas a la distancia, temeroso, fingiendo indiferencia. Es un error, de esos que repites y repites, que te enamoran y enamoran. Un juego que nunca se acaba y está siempre perdido.
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