RESEÑA: FOR EXPORT - TEATRO FUEGO (OFF FITCRUZ 2015)
Mijail Miranda Zapata
Con una estructura narrativa marcadamente cinematográfica, con texto y dirección
de Antonio Torres, Teatro Fuego presentó un entretenido y demoledor thriller
urbano.
Situándonos en una carnicería boliviana cualquiera, Torres plantea, en el
contexto de un populoso mercado paceño, una cruel alegoría a las lógicas
comerciales que rigen y parecen imponerse por encima de cualquier gobierno u
otras formas de autoridad. El mercado como un supra poder, rigiéndose bajo sus
propias reglas, abarcándolo todo, capaz de engullirlo y controlarlo todo, con
tal de mantenerse en pie y seguir creciendo; sin límites, sin escrúpulos ni
moral.
Así de oscuro y despiadado es el relato que se nos esboza. Sin embargo,
gracias a inteligentes giros de humor, cimentados en un manejo diestro y fluido
del lenguaje coloquial, y un gran desempeño actoral de Mauricio Toledo, la obra
no se torna grumosa y transcurre con una agradable naturalidad. Claro, que como
en todo buen filme de suspense, las sonrisas y el placer rápidamente se
transforman en tensión y miedo y nos mantienen al filo de la butaca.
La trata y tráfico de seres humanos es un tópico recurrente en la
actualidad. Caer en clichés, perder la hondura y ofrecer personajes
estereotipados suele ser la norma. Pero Torres rompe con esas consignas y
retruca sus posibilidades. Porque Sánchez (Luis García), un extranjero en busca
de un corazón, no es un criminal, es un padre desesperado. Roque (Bernardo
Arancibia), el carnicero, más allá de ser un simple mercader de órganos, es un
hombre obsesionado con el ejercicio del poder y el orden. Checho, el ayudante
de Roque (Mauricio Toledo), es un joven ingenuo y sensible, pero también
culpable. Quizás la única obviedad se halle en Dévora (Francia Oblitas), una
antigua víctima de los traficantes, cuyos parlamentos y sed de venganza nos
remiten a los peores villanos de las cintas clase B.
Salvo algunas transiciones, que se proyectan, en algunos casos, como
fisuras en la narración, quitándole ritmo y fuerza, y algunos diálogos, volvemos
a Dévora, la dramaturgia de esta pieza es impecable. De la misma manera, en
cuanto al montaje, sólo se advierte cierta disparidad entre las
interpretaciones de Arancibia y Toledo respecto al resto del elenco.
Ya como apuntes meramente complementarios, cabe mencionar, que Torres
obtuvo el segundo lugar en el Premio Municipal de Escritura Dramática Costa Du
Rels de la ciudad de La Paz y que no fueron pocos los que advirtieron el gran
potencial fílmico del guion.
Y si, el cierre de la obra es desesperanzador. Porque, como apuntamos
párrafos arriba, hay un protagonista que sobrevive a todos los personajes, que
nos alcanza y atraviesa a todos. El mercado no descansa y minuto a minuto suma
a sus dividendos nuevos nombres, nuevas vidas. Al parecer, el futuro está
perdido.
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